domingo, 30 de octubre de 2011

“..primero fe, luego regeneración”



Una de las doctrinas bíblicas básicas es la que enseña que para ser salvos se debe creer en Cristo como Salvador. Como dijo el apóstol Pablo al carcelero en Filipos: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo. La vida eterna es el efecto de creer en Cristo como Salvador. En un orden lógico: primero se cree, luego como resultado, hay vida eterna ( como escribiera también el apóstol Juan: El que cree en el Hijo, tiene vida eterna). El arminiano ve esto a través de las escrituras, y lo afirma en forma vehemente.

Sin embargo, dentro de ciertas ramas del calvinismo, el mismo sistema teológico exige que la regeneración se produzca antes de la fe en Cristo. Dicho de otra manera, uno no cree y luego como resultado es regenerado; si no que al contrario, uno es regenerado y como resultado de esto, cree.

Dentro de los pasajes utilizados para afirmar que la regeneración es anterior a la fe, se encuentra 1 Juan 5:1. No toma mucho tiempo sin embargo, mediante una lectura simple al contexto del pasaje y al mismo versículo, para darse cuenta que ocupar un pasaje como este para apoyar dicha postura resulta insostenible. Al respecto, el teólogo arminiano           I. Howard Marshall escribe lo siguiente:

"Juan empieza afirmando que todo aquel que sostenga la verdadera confesión de fe respecto a Jesus ha nacido de Dios. Así la fe es una señal del nuevo nacimiento, de la misma forma en que el amor y el obrar justamente son tambien indicaciones de que una persona ha nacido de Dios. Al mismo tiempo, sin embargo, la fe es una condición del nuevo nacimiento: “a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). No obstante aquí Juan no esta tratando de mostrar cómo una persona puede experimentar el nuevo nacimiento. Lo que busca es señalar la evidencia que comprueba que una persona está en la relación permanente de un hijo con Dios su Padre: esa evidencia es que se mantiene fiel a la fe verdadera respecto a Jesus".


Las Cartas de Juan
I. Howard Marshall

domingo, 23 de octubre de 2011

"..la elección es Cristocéntrica"



Ver la elección como algo absolutamente Cristocéntrico fue una de las principales preocupaciones de Arminio; como Clarke correctamente nota, su "objeción principal a Calvino era que su doctrina de la predestinación no era suficientemente Cristocéntrica". Sentía que la aproximación calvinista tradicional no honraba adecuadamente a la persona de Cristo. Lo mejor que un calvinista podría decir, es que Cristo es la causa "mediante la cual" se efectúa o se lleva a cabo el decreto de la elección, o en su defecto, que es la causa "meritoria" por la cual los creyentes son elegidos. 


Pero Arminio creía que estas distinciones eran indignas para la persona de Cristo, que la elección de esta manera se convertía en el fin, y la salvación otorgada en Cristo simplemente un medio para lograr ese fin, como lo dijo alguna vez: Cristo se transforma "solo en una causa subordinada a aquella salvación que ya fue preordenada". Para Arminio, Cristo debiera ser el fundamento y el foco de la elección, y también de la salvación y del cristianismo en sí; el único en quien dicho decreto esta fundado. Él insistía en que el amor con el que Dios ama al hombre para salvación, no puede existir si no es en Cristo Jesus. 


En su "Declaración de Sentimientos" Arminio expresó su pensamiento estipulando que la predestinación es "a posteriori" en la presciencia y la predeterminación de Dios, a la muerte y resurrección de Cristo. Ya que Dios no puede amar a un pecador para salvación a no ser que este sea reconciliado con Él en Cristo, tampoco debiera haber algún lugar para la predestinación, excepto en Cristo. De acuerdo al apóstol, Jesús no es solamente el medio por el cual la salvación, antes preparada por la elección, es hecha efectiva, si no la base y el fin mismo de todo el plan de salvación. 


La idea de Arminio puede ser expresada entonces de la siguiente manera: Cristo, no la elección per se, es el fundamento de la iglesia; la salvación es por medio de Cristo, no por la elección, excepto viendo la elección como una expresión del amor de Dios en Cristo; y finalmente, el evangelio es acerca de Cristo, no acerca del decreto de la elección. 




Adaptado de: Grace, Faith and Free Will
Robert E. Picirilli 

domingo, 16 de octubre de 2011

"..arminianismo reformado"




Algunos se preguntarán ¿qué es exactamente el Arminianismo Reformado? La respuesta es simple: es lo que creía Jacob Arminio. Arminio siempre se consideró reformado, hasta el día de su muerte. Y dentro del movimiento reformado holandés hubo muchos otros que sostuvieron el mismo acercamiento a la teología. Por supuesto, considerando el uso popular que tiene el termino “reformado” en nuestros días - que lo hace prácticamente sinónimo de “calvinista” - no es sorprendente que se reaccione con perplejidad ante la idea de un Arminianismo Reformado. No obstante, si profundizamos un poco más, se hará meridianamente claro que hablar de Arminianismo Reformado no representa una contradicción de términos, sino una designación muy apropiada.
El punto de vista Arminiano Reformado se forjó en el contexto del pensamiento reformado holandés. Por ello, integra muchas de las características peculiares de aquel movimiento. A diferencia de la mayoría de los arminianos posteriores , que rompieron completamente con las categorías reformadas, Arminio retuvo conceptos reformados esenciales.
Uno de los importantes pilares teológicos que Arminio mantuvo en común con otros pensadores reformados fue su idea de la depravación humana. Otro concepto crucial que compartió con los reformadores fue el significado de la obra expiatoria de Cristo. Arminio afirmaba, siguiendo a los reformadores - cuyas ideas tenían a su vez apoyo en el pensamiento de Anselmo - un concepto expiatorio de satisfacción penal.
Este quizá sea un punto de divergencia mayor con el resto del  arminianismo ( conocido también como arminianismo wesleyano, derivado de la enseñanza de John Wesley ). La mayoría de los arminianos no sostienen este punto de vista de la expiación y su aplicación a la justificación. La mayoría acepta una idea conocida como Teoría Gubernamental, concepto desarrollado por Hugo Grotius a comienzos del siglo XVII. Otra importante distinción entre el arminianismo reformado y el wesleyano tiene que ver con la doctrina de la santificación. Cuando consideramos el punto de vista wesleyano de la santificación (que es la idea que ha caracterizado a gran parte del arminianismo conocido en nuestros días) descubrimos un alejamiento sustancial de las categorías reformadas, alejamiento que no se da en el pensamiento de Jacob Arminio.  

Adaptado de : La seguridad de la salvación "Un punto de vista Arminiano Reformado"
Stephen M Ashby 

miércoles, 5 de octubre de 2011

“..las dos voluntades de Dios”


El modelo Antecedente/Consecuente

A través de la historia de la iglesia, se ha enseñado con base bíblica que Dios desea la salvación de todos los hombres, pero no todos los hombres son salvos, ya que se requiere una respuesta de fe por parte del que escucha. Ver estas dos voluntades de Dios desde una perspectiva  antecedente/consecuente elimina el conflicto entre ellas. Dios en forma antecedente desea que todos los hombres sean salvos, pero para aquellos que rehúsan arrepentirse y creer, en forma consecuente ordena que sean condenados. Así, las voluntades antecedente y consecuente son distintas pero no se encuentran en conflicto. 
Esta parece ser la clara enseñanza de las escrituras: Dios en forma antecedente “amó al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito” para que en forma consecuente “todo aquel que en el cree no se pierda mas tenga vida eterna" 
La voluntad antecedente de Dios tiene varias características. En primer lugar es universal ( la salvación es deseada para todos, provista para todos, y ofrecida a todos, dirigida a toda la humanidad en forma previa a su aceptación o rechazo ) en segundo lugar es imparcial ( Cristo murió por los pecados de todo el mundo ) en tercer lugar es sincera ( no existe un decreto secreto, escondido y oscuro de reprobación para la  misma persona a la que por fuera se le ofrece salvación; en otras palabras, no acusa en forma implícita a Dios de hipocresía cósmica ) y en cuarto lugar es decretiva ( no es impotente o insuficiente, es la base según la cual se otorgan los medios de gracia a través de Cristo que aseguran la salvación de los creyentes )
La voluntad consecuente de Dios por otro lado es consistente con las cualidades que Él mismo ha entregado a sus criaturas. El ser humano se encuentra totalmente inhabilitado y depravado, pero sigue siendo un ser creado a la imagen y semejanza de Dios. La gracia de Dios no es coercitiva y puede ser rechazada. Cuando se escucha el evangelio, el Espíritu convence de pecado y arrastra a la persona llevándola a creer ( siendo incluso la fe una obra del Espíritu ), pero la decisión de dicha persona en cuanto a rechazar el evangelio, es genuina y horripilantemente suya.
Es cierto que el rechazo del evangelio sigue siendo un misterio. Pero en el modelo antecedente/consecuente el misterio de la iniquidad no recae en Dios como consecuencia de alguna voluntad secreta, si no en la depravación del hombre como las escrituras también señalan. 

Adaptado de: Salvation & Sovereignty 
Kenneth Keathley