domingo, 11 de marzo de 2012

"..según la presciencia de Dios Padre"



La elección divina no es ejercida en forma independiente de los actos libres del hombre, pero tampoco se basa en el conocimiento previo de ellos. Como las escrituras declaran, somos elegidos "según" o "de acuerdo a" la presciencia de Dios Padre (1 Pedro 1:2). No existe una prioridad lógica o cronológica entre elección y presciencia. Como John Walvoord comenta respecto a 1 Pedro 1:2, este pasaje "no enseña el orden lógico de la elección en relación con la presciencia, sino el hecho de que ambos son coextensivos". En otras palabras, todos los aspectos del propósito eterno de Dios son igualmente carentes de tiempo. 


Dios es un ser simple, cuyos atributos son uno con su esencia indivisible. Por lo mismo, tanto la presciencia como la predeterminación son una en Dios. Cualquier cosa que Dios conoce, lo determina. Y cualquier cosa que determina, la conoce. De una forma más apropiada, debiéramos hablar de Dios como "conscientemente determinando", y "determinantemente conociendo" desde la eternidad todo lo que pasa, incluyendo todo acto libre. Ya que si Dios es un ser simple y eterno, por lo mismo sus pensamientos debieran ser eternamente coordinados y unificados. 


De acuerdo a esto, lo que Dios predestina no puede basarse en lo que previamente conoce, ni tampoco lo que previamente conoce basarse en lo que predestina. Ambos hechos deben ser simultáneos, eternos y coordinados en Dios. Por lo mismo, de esta manera, nuestras acciones morales son verdaderamente libres, y Dios ha determinado que sean así. Dios es totalmente soberano en el sentido de determinar realmente lo que ocurre, y aun así el hombre es completamente libre y responsable por lo que escoge.




Adaptado: Chosen But Free
Norman Geisler

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