domingo, 13 de mayo de 2012

"..gracia preveniente"



Si para el calvinista la solución al problema de la depravación e inhabilidad del hombre, es colocar la regeneración como algo previo a la fe, para el arminiano la solución se encuentra en lo que Arminio llamó "gracia preveniente". Con este término, Arminio busca referirse a aquella gracia que precede a la regeneración, y que, excepto cuando es finalmente resistida, inevitablemente llevará a la regeneración. Fue rápido en observar que esta "asistencia del Espíritu Santo" era de suficiencia tal como para mantener la más grande distancia posible del pelagianismo. 


Por definición, "gracia preveniente" es aquella obra del Espíritu Santo que "abre el corazón" del no regenerado ( para usar las palabras de Hechos 16:14 ) a la verdad del evangelio, y lo capacita para responder positivamente en fe. De esta manera es Dios y no el hombre, el que toma la iniciativa en la salvación. Nadie puede ser salvo sin ser llamado primero por Dios. Escrituralmente este concepto intenta expresar la verdad encontrada en pasajes como Juan 6:44, Hechos 16:14 y Juan 16:8. 


La gracia preveniente por tanto incluye tres aspectos. En primer lugar convicción: si la mente del no regenerado se encuentra enceguecida ( 2 Corintios 4:4 ) a la verdad, este trabajo del Espíritu Santo abre sus ojos para ver y entender. De esta manera el pecador depravado es convencido de sus pecados y de su culpa, de que Dios es justo y de que Cristo ha provisto redención para él, si acepta el regalo de Dios en fe. En segundo lugar persuasión: enfatizando que la convicción no es algo meramente intelectual sino mas bien el Espíritu hace que esta verdad afecte y compunja el corazón del pecador. En tercer lugar capacitación: siendo claro a través de las escrituras que el arrepentimiento y la fe no pueden ser ejercidos excepto si son concedidos como un don por Dios, las mismas escrituras y la naturaleza de estos dones enseñan que este don es entregado a modo de persuasión. 


A diferencia del arminianismo wesleyano, que habla de la gracia preveniente como algo emanando desde la cruz en forma generalizada, revirtiendo en forma universal la depravación humana, y otorgando la libertad a toda persona para aceptar o rechazar el evangelio; el arminianismo reformado mantiene que la gracia preveniente sólo es otorgada mediante la predicación del evangelio. Es la palabra de Dios el instrumento usado por el Espíritu como base de convicción, persuasión y capacitación; siendo solamente posible abrir el corazón del pecador cuando se escucha en forma activa la predicación del evangelio.  


Mientras que algunos calvinistas pudieran encontrar verdad en todo lo anterior y estar de acuerdo con ello, el punto de división principal entre calvinistas y arminianos en esta área específica es simplemente este: los calvinistas creen que esta obra es realizada sólo en los elegidos; los arminianos creen que esta obra es realizada tanto en el corazón de los elegidos como los no elegidos. Algunos que experimentan esta obra creen y son salvos; otros son llevados a exactamente el mismo punto de posibilidad pero rechazan el evangelio, y por lo mismo son condenados. 




Adaptado: Grace, Faith and Free Will
Robert E. Picirilli

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