jueves, 22 de septiembre de 2011

"..respecto a la depravación del hombre"



En su estado natural, el libre albedrío del hombre hacia las cosas de Dios, no solo está entorpecido, dañado, injuriado, torcido y debilitado; si no al mismo tiempo aprisionado, destruido y perdido. Y sus poderes no solo se encuentran debilitados y son inútiles, si no que no tiene poder alguno a no ser que sea despertado y asistido por la gracia divina. La mente del hombre en este estado se encuentra en oscuridad, destituida de conocimiento salvífico de Dios, y de acuerdo con el apóstol, incapaz de actuar de acuerdo a las cosas que pertenecen al Espíritu de Dios. A esta oscuridad mental le sigue la perversidad de los afectos del corazón, de acuerdo a los cuales odia y tiene aversión por todo aquello que es realmente bueno y agradable a Dios; pero ama y persigue lo que es malo. Correspondiéndose a esta oscuridad mental y perversidad del corazón, se muestra la debilidad de todo poder para realizar algo que sea realmente bueno, y de evitar perpetrar lo que es malo, de un modo correcto y por un fin y una causa correcta.

Para esto que se considere toda la vida del hombre colocada bajo pecado y se agregue a esto que las escrituras nos exhiben lo mismo por medio de las descripciones mas iluminadoras; y será evidente que nada puede decirse en forma más verdadera concerniente al hombre en su estado, que se encuentra muerto en pecado (Romanos 3:10-19) 


The Works of Arminius
James Arminius


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