domingo, 27 de noviembre de 2011

“..James Arminius y el argumento de Romanos 9”



..pero para que esto sea entendido de manera más clara, examinemos brevemente el contexto y el argumento del apóstol: Los Judíos objetaban que, en virtud del pacto y de las promesas entregadas, ellos eran el pueblo escogido de Dios, y, por lo tanto, este honor no podría serles quitado, sin violar o desmerecer el decreto divino. Afirmaban también por lo mismo, que el honor y el titulo de “pueblo de Dios” les había sido quitado por el apóstol Pablo, en el momento cuando él hizo participantes de la justicia de Dios y de la vida eterna sólo a aquellos que creyesen en Cristo cuando este fuese predicado.

Ya que los judíos no habían creído en este Cristo, seguía, de acuerdo a la doctrina del apóstol, que ellos eran extranjeros a la justicia de Dios y a la salvación eterna, e indignos de ser considerados “pueblo de Dios”. Pero al considerar esto como contrario a los pactos y el decreto de Dios, concluían que la doctrina del apóstol era al mismo tiempo, absurda y foránea a la verdad.

El apóstol responde a través del capitulo 9 diciendo que el pacto, los decretos y las promesas de Dios no han quedado sin efecto (versículo 6) sino que permanecen firmes, aún si muchos de los Judíos no son reconocidos dentro del pueblo de Dios. Esto es posible porque dicho decreto o pacto no incluía a todos los israelitas, universalmente, sin elección ni distinción; ya que el decreto era “de acuerdo a elección”, como fue expresado en las palabras de Dios anunciando su propósito. Esto se mostró a lo largo de la historia cuando Dios determina que “en Isaac” (no en Ismael) “te será llamada descendencia”, y también que “el mayor” Esaú “servirá al menor” Jacob.

Pablo afirma que Dios claramente ha declarado a través de su palabra, que no considera a toda la progenie de Abraham, o de Isaac, o de Jacob, o a todos sus descendientes individuales, como su pueblo. Dios considera solo a aquellos que sean “los hijos de la promesa” con la exclusión de “los hijos de la carne”. El apóstol razona, en conclusión a las palabras de Dios, que el propósito de Dios es de acuerdo a elección, y que, por lo tanto, abraza en sí mismo, no a todos los israelitas, si no que mientras reclama a algunos (los creyentes) rechazará a otros (los incrédulos).


Adaptado: The Works of Arminius
James Arminius

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